Naciones Unidas, 15 jun (Prensa Latina) Al celebrar hoy el Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez, la ONU destacó la necesidad de proteger y asistir a las personas mayores ante crisis y emergencias.
Con el lema «Las personas mayores en el punto de mira de las emergencias», este 2024 la efeméride «decretada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2006» pretende también destacar la importancia de la educación y la formación del personal de emergencias, los cuidadores y el público en general.
Según los expertos, las emergencias como catástrofes naturales, pandemias o conflictos afectan de manera desproporcionada a las personas mayores, exacerbando aún más su vulnerabilidad.
Por ello es crucial tener en cuenta sus necesidades en la planificación y respuesta ante emergencias, ya que suelen tener problemas de movilidad, enfermedades crónicas o aislamiento social.
Tales factores pueden dificultar su capacidad para acceder a la ayuda, evacuar de forma segura o recibir a tiempo atención médica oportuna y servicios de asistencia.
A ello se suma que el estrés y el caos de las emergencias pueden aumentar el riesgo de malos tratos a las personas mayores, ya sean físicos, emocionales, económicos o por negligencia.
Entre los años 2019 y 2030 se prevé que el número de personas de 60 años o más aumente en un 38 por ciento, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial.
Este crecimiento será especialmente mayor y más rápido en las regiones en vías de desarrollo, y requiere que se preste mayor atención a los desafíos específicos que afectan a las personas mayores, incluso en el campo de los derechos humanos.
Por otra parte, el maltrato de las personas mayores es un problema social que existe en todos los países y, por lo general, no se notifica suficientemente.
Apenas en unos pocos países desarrollados existen tasas de prevalencia o estimaciones, que se sitúan entre un uno y un 10 por ciento.
Aun cuando se desconoce la magnitud del maltrato de los ancianos, su importancia social y moral es indiscutible, por lo que los expertos apuntan que este problema requiere una respuesta mundial multifacética que se centre en la protección de los derechos de las personas de edad y que tenga en cuenta los contextos culturales.